domingo, 2 de agosto de 2009

El Departamento de Estado y Latinoamérica

Por Julio Ignacio Cardoze http://www.nicaraguahoy.info

La realidad es como una novela kafkiana donde lo verosímil parece absurdo y lo absurdo verosímil. Hugo Chávez, Raúl Castro, Daniel Ortega, demandando democracia en Honduras y para colmo, el presidente Obama y la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, apoyando con sus declaraciones la causa de los enemigos de Estados Unidos. Mayor absurdo, no puede haber.

«No hay coincidencias, todo ha sido prefijado…» Jorge Luís Borges

«Lo que hacían cotidianamente los del cuarto piso, del Departamento de Estado, determinaba la política exterior latinoamericana de los EE.UU, en relación a Cuba. Estos funcionarios procuraban complacer la opinión liberal norteamericana, a veces a riesgo de sacrificar la dignidad norteamericana.» Earl E.T. Smith. Embajador de los Estados Unidos de América en Cuba 1957-1959. “The Fouth Floor” (1963)

“An approach where enemies are emboldened and strengthened, while allies are undermined and weakened, is a dangerous one. “ U.S. Rep. Ileana Ros-Lehtinen

Estados Unidos es una democracia, constitucionalmente tiene separación de poderes. Las variantes de sus relaciones exteriores dependen de factores, como, quién ocupa el poder ejecutivo. Si el Partido Republicano, tendrán una política conservadora; si el Partido Demócrata, una política “liberal” extendida a la izquierda. Igual es decisivo, si en el Congreso y el Senado hay mayoría Demócrata o Republicana, pudiendo ocurrir choques entre el ejecutivo y el legislativo, bloqueándose iniciativas. Así ocurrió durante el gobierno de Reagan con el caso de Nicaragua y la Contra. De ese balance en la division de poderes dependen las relaciones exteriores, particularmente con América latina, lo cual no excluye que no puede haber influencia de algún operador que se mueva entre las sombras de los pasillos del poder. La crisis de Honduras abrió la Caja de Pandora.

Un libro. “Somoza falling. The Nicaraguan dilemma a portrait of Washington at work”, por Anthony Lake, Director of policy planning, en el Departamento de Estado de Carter, y antes, miembro del staff, del NSC y conocedor de las interioridades del Departamento de Estado cuando la crisis de la caída de Somoza y el sandinismo. Según Lake, algunos creen que la política exterior americana es hecha por conspiraciones y de maquinaciones secretas. Que otros creen que es producto de medidas bien pensadas en reuniones entre el presidente y sus consejeros. Y otros, creen, que la maquinaria del gobierno es operada por burócratas, cuya única función, es calcular el interés institucional americano. Según Lake, hay un poco de todo.

La “política diplomática” del Departamento de Estado de EEUU con América latina es difícil de entender, es intervencionista sin compromiso, contradictoria, y ocasionalmente tira pueblos, en manos de quienes los hambrean y hacen miserables, como hicieron con Cuba en 1959 y Nicaragua en 1979, o como cuando se alinean, inexplicablemente, con políticas de enemigos de la democracia y de los mismos USA, como Fidel Castro, Chávez, Daniel Ortega, Cristina Fernández Kirchner, en el caso de Honduras. Con otras regiones es diferente. En Asia, África, y Oriente medio, (cuando no hay petróleo de por medio en manos enemigas), a ellos le valen un pito las tiranías y las violaciones a los derechos humanos. Con los países latinoamericanos débiles, que no son de la izquierda, hacen protagonismo con los derechos humanos y una distorsionada democracia electorera, que no es la que ellos practican en USA. El resultado es que, con esa política equivocada, en vez de buscar alternativas que hagan quedar a esos pueblos al lado de la democracia, inexplicablemente, hacen que terminen en manos de los enemigos de USA. Aunque hay que aceptar que la actitud general o mayoritaria de la sociedad civil de un país, determina en mucho, la actitud del Departamento de Estado hacia ese país.

La política internacional doble estándar no es exclusiva de USA sino tambien de los europeos. Para la “cumbre iberoamericana”, 2009, a realizarse en noviembre en Estoril, Portugal, se anuncia la presencia de Teodoro Obiang, desde hace 30 años dictador de Guinea Ecuatorial, ex colonia y ex provincia española, y su participación sería propuesta por el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Guinea Ecuatorial está considerada entre las peores dictaduras. Obiang llegó al poder tras un golpe de Estado hace tres décadas. Pero, este mismo ministro de relaciones exteriores español, Moratinos, pidió a la Unión Europea la suspensión de visas a los funcionarios hondureños y cortar la ayuda a ese país. La vara española para medir no es la misma para todos. Porque, en el caso de los militares golpistas de Mauritania, el ministro español del gobierno socialista, Moratinos, condenó el golpe militar, pero anunció que España seguiría manteniendo "el mejor nivel de relaciones”. A la cínica diplomacia española le preocupa, ante todo, preservar el acuerdo pesquero y el compromiso de Mauritania de impedir, que desde sus costas, zarpen cayucos rumbo a Canarias. España es el segundo socio comercial de Mauritania. En el caso de Guinea Ecuatorial lo que importa es el petróleo. Esto demuestra la inmoralidad de la política internacional.

Con esa política incomprensible los “liberales” condenan a los pueblos, sin buscar alternativas democráticas, a ser victimas de tiranos comunistas y totalitarios; los castigan al hambre y a la miseria, como condenaron al pueblo cubano en 1959 y al nicaragüense en 1979, y como han condenado al pueblo venezolano con su pasividad con Chávez, y como han tolerado la tiranía de los hermanos Castro, frente a sus narices, por cincuenta años. Y parece que así quiere Hillary Clinton, según sus declaraciones iniciales y decisiones, condenar al pueblo hondureño, presionando a Honduras demócrata, para que acceda a las demandas de Chávez-Castro, en el caso de Zelaya.

Ante la posibilidad de Batista sin Fidel Castro, y de Somoza sin el sandino-comunista FSLN, funcionarios “liberales” del Departamento de Estado se negaron a dar su apoyo a una alternativa democrática, o a buscar una solución democrática. Según el embajador americano en Cuba entre 1957 y 1959, Earl E.T. Smith, en el libro, “El Cuarto Piso”, (The fourth floor. 1963), sus memorias sobre su experiencia como embajador: «Mi experiencia en Cuba, me lleva a la conclusión, de que no tenia que haber sucedido así, forzosamente. El hecho de que sucediera, se debió, en grado sorprendente, a la política de muchos que ocupaban puestos importantes en el Departamento de Estado, basada, en que era preferible un dictador izquierdista a uno derechista… aun, cuando el dictador izquierdista fuera nuestro enemigo…El comunismo internacional, ha establecido una base a ciento cuarenta kilómetros de nuestras costas, desde la cual se está organizando contra los Estados Unidos en toda América Latina.»

Ahora, que no existen dictaduras de derecha y los países latinoamericanos se esfuerzan por establecer un sistema democrático y de Estado de Derecho, hacen lo mismo que hicieron contra los dictadores, pero al revés, pues aplican sanciones contra quienes defienden la constitucionalidad, como en el caso de Honduras.

Mary Anastasia O'Grady, periodista, en The Wall Street Journal, escribió: «cuando Hugo Chávez pide ayuda a Washington, esto genera serias preguntas sobre las señales que el Presidente, Barack Obama le está enviando al dictador más peligroso de este hemisferio. El punto, es la determinación de Chávez de restituir al depuesto Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en el poder a través de la presión multilateral. Su llamada a un funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. puso en evidencia que Chávez pensó que podía recibir ayuda de Estados Unidos. Ésta no es una buena noticia para la región. El Presidente venezolano tal vez sienta que sus propósitos tienen respaldo de EE.UU. y la OEA. El hecho de que tenga razones para albergar tal idea, es un indicio más de que el gobierno de Obama está del lado equivocado de la historia.» En un escrito posterior, siempre en el Wall Street Journal, dijo siempre sobre Honduras: «Pero sin importar cómo se resuelva esta contienda de poderes, probablemente será recordada como el momento que definió la política estadounidense hacia Latinoamérica bajo Barack Obama... La insistencia de Obama de que Zelaya sea devuelto al poder ha fortalecido la imagen de un Tío Sam arrogante y condescendiente, desconectado de la realidad de la región.»

Esta pretensión de Chávez, de intimidar a los USA, ponerlo contra la pared y usarlo en su beneficio, es una de las lecciones del psicólogo Fidel Castro a su alumno Chávez, sobre cómo tratar a los Estados Unidos, en lo cual es un experto.

El ex jefe de la sección de intereses de EEUU, en la Habana, el embajador James Cason, dijo en referencia al régimen castrista, en declaraciones a El Nuevo Herald de Miami, (07-31-09): «Obama pronto descubrirá que no vale la pena hacer concesiones a un régimen que no quiere negociar y núnca ha estado dispuesto ha hablar de derechos humanos. Ellos quieren la capitulación de EEUU… Fidel Castro necesita enemigos… Es como Hugo Chávez… incorregible…»

Fidel Castro aprendió temprano a intimidar a los gobiernos americanos con palabras, particularmente cuando no hay un Ronald Reagan de por medio; Fidel, se dio cuenta que era imposible luchar contra el poderío militar, pero sin armas, juega con ellos con palabras y psicología. Fidel Castro sabe, y ahora Chávez, que para enfrentarse a los EE.UU no necesita armas sofisticadas, ni aviones supersónicos, ni armas nucleares; contra ellos tiene armas más poderosas como: la cocaína, la marihuana, el cinismo, la charlatanería, la envidia, el rencor y el odio humano, la manipulación del hambre y la injusticia. Fidel Castro sabe que el periodismo “liberal” de USA, hace eco y colabora con la causa de las izquierdas, de las que a su vez se hacen eco en los pasillos del Departamento de Estado. Fidel Castro, en la Universidad de la Habana, fue un matón, pistolero, pandillero y en la Sierra Maestra, un pillo, asaltante, bandolero, protector de cultivadores de marihuana, hasta que un periodista americano del New York Times , Herbert Mathews, liberal, socialistoide, compañero de viaje, , lo descubrió, fue a la Sierra, lo entrevistó y empezó a escribir editoriales a su favor, poniéndolo como un Robin Hood poderoso, que tenia todo el apoyo del pueblo cubano, lo cual era falso. De Mathews, se hicieron eco, o encontraron el pretexto, para apoyar a Castro, algunos funcionarios “liberales” del Departamento de Estado.

Los EEUU no pueden eludir su responsabilidad en la problemática centroamericana. Los gobiernos “amigos” de USA, como el de Somoza o Batista, (y con esto no justifico las dictaduras), fueron instrumentos de la política USA, cuando era refractaria al comunismo internacional, financiaron sus ejércitos, los parieron, armaron y entrenaron para combatir al comunismo. Nicaragua, por su geografía, fue ocupada por lo intereses americanos desde diciembre de 1910, cuando el Departamento de Estado amenazó a Zelaya y se produce la caída de este, hasta el 1 de enero de 1933 en que evacuan el país los marinos. Zelaya favorecía la construcción de un canal interoceánico, por alguna potencia europea o Japón. En tiempo de gobiernos conservadores, con Adolfo Díaz, a quien mantuvieron los “marines” en la presidencia por varios periodos, hicieron la firma del Tratado Chamorro-Bryan, y ocurrió la perdida de la Isla de San Andrés, para aplacar a Colombia por la perdida de la provincia de Panamá. Los americanos firman con los conservadores el documento original para creación de la Guardia Nacional, que repondrá a los marinos. El firmante es Carlos Cuadra Pasos, canciller. Continúa la ocupación indirecta con los somozas, sus cancerberos, que se mantuvieron por su protección. Una vez construido el Canal de Panamá, Nicaragua se convirtió geográficamente estratégica para proteger un flanco del Canal propiedad americana. Durante el gobierno de Somoza, la Guardia Nacional fue instrumento anticomunista de protección del Canal. Hasta el inconsistente guerrillero, Sandino, llegó a pedir que Nicaragua fuera gobernada por un gobernador americano (la carta existe en el archivo del Departamento de Estado). Igual petición hicieron los conservadores. En resumen, los destinos, particularmente de los países del Caribe, América Central, de los “amigos” de USA, (y enemigos), siempre revolotearon alrededor del los intereses USA, pero estos parecen desconocer su responsabilidad. El Departamento de Estado del gobierno Carter olvidó todo compromiso y responsabilidad histórica de USA con Nicaragua y lanzó al pueblo nicaragüense en brazos de la criminal tiranía sandino comunista controlada por Fidel Castro.

Pero, no hay que equivocarse. Los USA, son un gran país, ayudan en todo el mundo cuando ocurren desgracias naturales, epidemias, o necesidades sociales. Son los primeros en enviar ayuda material o económica. Son el mejor país y la nación más generosa, sin dudas. Los adelantos científicos y de toda índole, son el producto de la inversión de capitales en la investigación y el trabajo persistente de mentes dedicadas al estudio y el progreso, no solo para USA, sino para el mundo entero, que se beneficia de su adelanto educacional, tecnológico, médico y de toda índole, pues lo comparten. En USA tienen oportunidad de estudiar y trabajar hasta quienes llegan de países enemigos del sistema americano. Los errores políticos, principalmente, los cometidos por aquellos que quieren desconocer los principios fundamentales de esta gran nación, son obra de personajes, con oscuras intenciones conspirativas, decididos a minar el sistema. De otra forma no se puede entender lo que vimos recientemente, y se ve a menudo, un aristocrático funcionario retirado del Departamento de Estado, Walter Kendall Myers, (bisnieto de Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono), y su esposa Gwendolyn, que fueron espías al servicio de Fidel Castro, el peor de los enemigos de Estados Unidos de América, durante treinta años. O el caso de la analista de información del Departamento de Defensa, en la Sección DIA, Ana Belén Montes, espía tambien al servicio de Fidel Castro.

Cuando se produjo la crisis en Honduras, al día siguiente hubo un simposio sobre el tema en la Florida International University (FIU-Miami) y leímos en el Miami Herald que, el presidente de esa institución, dijo: «satisfacen las expectativas de la comunidad internacional», en referencia a declaraciones del presidente Obama, sobre que Zelaya tenia que ser reinstaurado en la presidencia, declaraciones que Obama dio, sin consideración de la situación institucional y constitucional hondureña. Esas declaraciones del presidente de FIU, son sospechosas, porque ¿Cuáles son las expectativas de la comunidad internacional que en su gran mayoría es enemiga de USA, y que está siendo soliviantada por Fidel Castro y Chávez cada vez mas contra EEUU? De algo hay que estar claro, a USA, lo odia y lo envidia más de medio mundo y quieren su destrucción. Solo pensemos, como critican a los USA, por intervencionismo, y como ningún organismo internacional, ni país, ni líder mundial, político o intelectual, ha dicho nada contra Chávez, que repetidas veces ha amenazado invadir militarmente Honduras y el canciller venezolano anda con Zelaya, que viaja en aviones de la CITGO, venezolana, y pagado con dinero de petróleos de Venezuela. Solo imaginemos, que en el Jeep en que Zelaya llegó a la frontera con Honduras, desde Nicaragua, en vez del Canciller venezolano, hubiera ido Hillary Clinton o alguien del gobierno americano con Micheletti. ¡Escándalo mundial!

Si en América latina predominaron gobiernos de derecha, los “liberales”, los socavaron y satanizaron, pero a los de izquierda, los toleran y estimulan. En África, donde predominan gobiernos dictatoriales, socialistoides, que entre ellos se apoyan y ayudan, burlándose de sanciones que les impongan organismos internacionales, ni se meten con ellos, ¡son africanos! Pero no les importa que Fidel Castro maltrate a los negros cubanos. Pero, si hay un presidente como Ronald Reagan, la cosa es diferente, como cuando el avión, al que terroristas libios le pusieron una bomba explotando en pleno vuelo y el presidente Reagan, que hizo respetar a USA, y no pedía disculpas, mandó a bombardear al terrorista Kaddafy en su tienda en el desierto. En los países árabes predominan las tiranías bajo forma presidencial, reino o sultanato. Tampoco con ellos se meten. Los derechos humanos son aplicados selectivamente, según los intereses y conveniencias de por medio. Ejemplo, Guinea Ecuatorial y Mauritania.

La realidad es como una novela kafkiana, donde lo verosímil parece absurdo y lo absurdo verosímil. Chávez, Raúl Castro, Daniel Ortega, demandando democracia en Honduras y para colmo, el presidente Obama y la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, apoyando con sus declaraciones la causa de los enemigos de USA. Mayor absurdo, no puede haber.

Lo que Anthony Lake dice, en “Somoza falling, The Nicaraguan Dilemma: A portrait of Washington at work”, es relativo, pues la realidad demuestra, que la parte conspirativa, o mejor dicho, la parte difícil de entender, de la política exterior americana, es la que prevalece. Porque, como explicar, razonablemente, que fue, del interés USA, haber entregado Cuba, por dos o tres funcionarios “liberales”, del Departamento de Estado a Fidel Castro. O, como explicar, razonablemente, que fue, del interés USA, haber facilitado, como hizo el “liberal”, Carter, que el sandino comunista FSLN, controlado por Fidel Castro, y la Unión Soviética, se adueñara de Nicaragua.

Antes de adueñarse Fidel Castro del poder, el embajador americano en Cuba, 1957-1959, Earl Smith, señaló la ambivalencia de la diplomacia USA, advirtió al Departamento de Estado, que Fidel Castro, no era amigo de USA, y que instauraría un gobierno comunista. No fue escuchado.

Así pasó en Nicaragua con Carter, la entregaron a pesar que sabían que Fidel Castro controlaba a los sandinistas. El Departamento de Estado, dice que no interviene en los asuntos internos de un país, pero bloquea al gobierno “amigo” que quiere derrocar, dejando el terreno libre al peor enemigo, estimulando al radical, que desgraciadamente resulta ser una tiranía peor que la que se derroca. Lo grave, es que no buscan alternativas democráticas. Es casi lo que pasa en Honduras al ponerse el Departamento de Estado, con declaraciones que “estimulan” la causa apoyada por Chávez y Fidel Castro.

El embajador Earl E. T. Smith, graduado en Yale, tuvo reconocimiento de tres presidentes americanos. Franklin D. Roosevelt, lo nombró Chief of Field Offices, de la contract distribution division, War Production Board, el presidente Dwigth D. Eisenhower, lo nombró embajador en Cuba, y el presidente Kennedy, lo nombró embajador en Suiza, cargo que despues declinó.

En su libro, “El Cuarto Piso”, (The Fourth Floor), (1963), sobre su embajada en Cuba, ofrece detalles interesantes, sobre como se adueñó Fidel Castro de Cuba, y como funcionó la política exterior americana dirigida por el Departamento de Estado, por funcionarios “liberales”, que manipularon las circunstancias a favor de Castro mientras bloqueaban otras alternativas.

Según el embajador Smith, fue Herbert Mathews, “liberal”, periodista del New York Times, quien dio a conocer a Fidel Castro ante la opinión publica americana y mundial, se parcializó totalmente a su favor, y presionó e influyó a favor de Castro, en el Departamento de Estado, donde encontró receptividad, o fue perfecto pretexto, en un par de funcionarios “liberales” encargados de la política del Caribe y México. Que en el Departamento de Estado fueron advertidos de las relaciones comunistas con el Movimiento 26 de Julio y Fidel Castro, y de sus relaciones con los comunistas en México antes de desembarcar en Cuba. Que esos detalles se los ocultaron a la opinión publica americana. Entre los funcionarios del Departamento de Estado que favorecieron a Fidel Castro, estuvieron los “liberales” William Wieland, director de asuntos del Caribe y México, y Roy Rubottom, sub secretario de Estado para Latinoamérica.

El 30 de Agosto de 1960, el embajador Smith, compareció ante un sub comité del Senado e informó que: «los órganos del gobierno de los Estados Unidos y la prensa norteamericana representaron un papel muy importante para que Castro llegara al poder. Tres artículos de primera pagina del New York Times, escritos en 1957 por el editorialista Mathews, sirvieron para inflar a Castro y darle estatura mundial» Según dice el embajador, hubo momentos en que algunas personas que tenían autoridad en los EE.UU, y algunos periódicos, no querían que fracasara Fidel Castro, bajo ninguna circunstancia.

En una conferencia de prensa, en Washington, el 16 de enero de 1958, un año antes del triunfo de Castro, el embajador dijo: «Los Estados Unidos no podrán tratar con Fidel Castro.» Cuenta, que el Departamento de Estado bloqueó al gobierno de Batista, pero permitieron que desde los USA, le enviaran hombres y armas a Fidel Castro, lo que es ilegal, en su mayoría con financiamiento del expresidente Carlos Prio Socarras, que estaba exilado en Miami. La actitud de este Prio Socarrás, es típica de los que ayudaron a Castro, en 1959, y a los sandino comunistas en Nicaragua, en 1979.

Recuerdo haber conocido en Managua, en 1971, en un almuerzo, al expresidente cubano Prio Socarrás quien llegó con la hermana de Fidel Castro, Juanita Castro, a entrevistarse con Somoza, a pedirle ayuda para luchar contra Fidel. Poco tiempo después el expresidente Prio Socarrás se suicidó de un tiro en Miami. Prio Socarrás, fue quién le dio en Miami, ochenta mil dólares, a Fidel Castro, para comprar el yate Gramma en México para invadir Cuba. Cuando, el 10 de marzo de 1952, Batista dio el golpe de Estado a Prio Socarrás, que fue un corrupto, salió al exilio, según el embajador Smith, llevándose unos setenta millones de dólares. Es decir, que la revolución de Fidel Castro, en parte se financió con dinero de la corrupción.

La descripción de la situación de Cuba, por parte de la prensa estadounidense, “liberal”, fue, distorsionada, injusta, mal informada. Igual hicieron los medios informativos con el caso de Nicaragua en 1979, y lo que hacen con Honduras en el 2009.

Hay muchos libros, sobre el tema de las relaciones exteriores americanas con el caso de Cuba y la subida de Fidel Castro. Otro de ellos, es “Cuba traicionada. Daga en el Corazón”, por Mario Lazo, quién fue un prominente abogado cubano, nacido en los USA, graduado de abogado, en la Universidad de Cornell, y en la Universidad de la Habana. Tuvo uno de los más importantes despachos de Abogado de Cuba. La invasión de Bahía de Cochinos, por parte de cubanos demócratas contra Fidel Castro, en 1961, se hizo con el “liberal” presidente Kennedy, de forma inmoral y criminal, pues a los invasores, les recortó los vuelos aéreos que los protegerían contra la aviación de Castro. Si Kennedy tenía dudas o no quería invadir Cuba para derrocar a Fidel Castro, hubiera cancelado la operación, en vez de mandarlos a una derrota segura y mortal.

Según Lazo, Arthur Schlesinger, ayudante especial de Kennedy, despues que habían entregado Cuba a la Unión Soviética, pone en boca de Kennedy, haberle comentado: «Nos criticarán porque tuvimos oportunidad de librarnos de Castro, y en vez de eso, acabamos dándoles una garantía contra una invasión (a Cuba), pero los militares están locos… por suerte tenemos allí a McNamara…»

Mario Lazo narra: Tres años antes de ocupar la cartera de Estado, en el gobierno (Partido Demócrata) de Truman, Dean Acheson, dio declaraciones condescendietes con el comunismo: «…jamás ha habido lugar en el mundo donde los intereses vitales de los EE.UU. y ruso, hayan chocado o sido antagónicos, y no existe razón objetiva para suponer que actualmente o en el futuro existirá esa circunstancia…» Un mes más tarde el presidente Truman se comunicó con el general Chiang Kai Shek, quien luchaba contra el comunismo internacional encabezado por Stalin y Mao, para solicitarle que metiera comunistas en su gobierno. Los EE.UU, suspendieron la ayuda a Chiang, hasta que este hiciera una coalición de gobierno con los comunistas chinos. En enero de 1949, Acheson ocupó la Secretaria de Estado americana, las ciudades de Tientsin y Peiping, cayeron en manos de los comunistas, quienes ya habían ocupado Manchuria y Mukden. Acheson sugirió a Truman, que los suministros que embarcaban en Hawai y San Francisco para Chiang Kai-Shek, «Fueran suspendidos de inmediato como un paso para la paz.» Seis meses despues de que Acheson fuese nombrado Secretario de Estado, publicaron un informe oficial, por el que negaban toda responsabilidad por la catástrofe en China que había caído en manos del comunismo. Cinco meses más tarde el mismo Acheson anunció, el 12 de enero de 1950, que Korea del norte quedaba fuera del perímetro de defensa de los EE.UU, y que no darían ayuda a Formosa. Como respuesta a ese anuncio, el 25 de junio de 1950, los norcoreanos invadieron Korea del sur encabezados por 100 tanques soviéticos. En la guerra de Korea, murieron o resultaron heridos 157,530 soldados norteamericanos.

En los records de los congresistas encontramos como los USA, hacen concesiones unilaterales a Siria, aun cuando el Departamento de Estado ha reportado que Siria sigue una política armamentista de misiles avanzados, con capacidades nucleares, químicas y biológicas, y apoya a los extremistas terroristas de Hamas y Hezbollah. Según la U.S. Rep. Ileana Ros-Lehtinen: “Even as we reduce the pressure on the Syrian regime and call for direct engagement with another state-sponsor of terrorism and proliferation threat, Iran, the U.S. is pressuring Honduras, stripping U.S. aid and withholding visas for Honduran Supreme Court justices, in an attempt to impose the return of Manuel Zelaya.

Fidel Castro es un gran psicólogo, que sabe manipular a los EE.UU, por medio de los “liberales”, conoce sus fuerzas, pero más, sus debilidades. Y en esto a aconsejado y entrenado a Chávez, que por eso habla tanto contra el imperio. El secreto es mantener una presión verbal persistente. Castro, desde antes de triunfar, se vio estimulado por la actitud apaciguadora, tolerante y condescendiente de los “liberales”, en el Departamento de Estado. Mientras mas tolerantes, ellos, mas agresivo, él. Su caballito de batalla, es el antiyanquismo, adoptado por Chávez, el día que acepte un arreglo, como el que propone Obama, ese día, los hermanos Castro, saben que están terminados. Por eso Obama está equivocado al tenderles una mano, no se da cuenta que está simbolizando un gesto de debilidad en la psicología hispana del paranoico Fidel Castro, y lo estimula a lo contrario, se equivoca creyendo que puede tratar con los Castro, los Chávez, los Ortegas, los Evos, los Correa, o los Zelaya, como con gente normal, a no ser, que quiera hacerles el juego. Según el embajador Smith, al principio del régimen castrista, siguiendo instrucciones del Departamento de Estado, que reconoció ese régimen, apresuradamente, aún antes de que Fidel llegara triunfal a la Habana, los “liberales”, fueron muy indulgentes con Castro, que ante esa indulgencia, Castro, primero mostró asombro, y despues se dio cuenta que podía desconocer a los americanos, sin problemas. Castro comprendió, que el poderío militar americano, era su mayor debilidad, que se podían manipular, con el sistema democrático que los mismos americanos implantaban y defendían.

Lo que ocurrió con Nicaragua, en 1979, en los pasillos del Departamento de Estado, no fue muy diferente a lo de Cuba en 1959. Detalles, han quedado narrados en algunos libros, uno de ellos, el que mencionamos de Anthony Lake. Siempre sale el omnipresente paradigma demócrata, Sergio Ramírez Mercado, entonces un archiradical. Los americanos pensaron, muy tarde al final, en una junta de gobierno de reconciliación, y como con Cuba en 1959, el detalle fue filtrado por el New York Times, donde las informaciones llegan del Departamento de Estado, por arte de magia. Sergio Ramírez Mercado, en Costa Rica, se dio cuenta, y según el negociador americano Bowdler, Ramírez Mercado, estaba furioso con la idea, dice que el ahora súper demócrata Sergio Ramírez, «was shocked and angry». Los americanos recularon complacientes y se hizo lo que los sandinistas quisieron. Tambien se opusieron doña Violeta y Alfonso Robelo. Cuando la crisis de Nicaragua en 1979, según Lake, parte de lo vital estuvo en el sexto piso del Departamento de Estado donde tuvo su oficina el sub secretario Viron Vaky, ex embajador en Venezuela, gran amigo del corrupto Carlos Andrés Pérez, quien lo llamaba para decirle que había que sacar a Somoza a como diera lugar.

El 9 de enero de 1950, el senador republicano Joseph McCarthy, manifestó en discurso en Wheeling, West Virginia, que tenía pruebas de que había comunistas en el Departamento de Estado. El embajador americano Earl Smith en la Habana, relata que: «Es interesante hacer observar que al funcionario de la CIA… le incomodaba mis referencias a Fidel, en las reuniones, (en la embajada), yo acostumbraba referirme a Fidel, como el “bandido” y el “jefe de los bandidos”. En otra parte dice el embajador Smith: «Es significativo que a la CIA, no le preocupaba que Fidel Castro fuera comunista» Quienes ayudaban a la causa de Castro, desde el Departamento de Estado, fueron según el embajador Smith, William Wieland, director de asuntos del Caribe y México, y Roy Rubotton, sub secretario asistente para América latina. Este último, contaba con la protección y amistad del influyente liberal y hermano del presidente Eisenhower, Milton Eisenhower, que fue asesor personal del presidente, durante, cuyos, dos últimos años de su segundo periodo, ocurrió la subida de Castro al poder y la salida de Batista por indicaciones del Departamento de Estado. Siendo embajador en Brasil, William Pawley, testigo de lo ocurrido en China entre el Departamento de Estado, Mao y Chiang Kai-Shek, pidió que Wieland fuera trasladado de esa embajada a otro destino, pues: «he was much to the left.» Vale mencionar la coincidencia, de que tanto Wieland como Rubotton, fueron parte de la delegación americana en Bogota a la Conferencia Interamericana, en 1948, cuando se dio el bogotazo, en el cual tuvo gran protagonismo Fidel Castro. En su libro, el embajador de USA, Smith, relata que, en declaración al sub comité del Senado americano, Wieland, mintió sobre las veces que dijo haber visto personalmente a Fidel Castro en su primera visita a EE.UU. Relata, que en una recepción en la embajada cubana en Washington, Wieland asistió, que saludó a Fidel, y que estuvo encerrado platicando con el, los dos solos, por mas de una hora, en una habitación de la embajada.

En el caso de Cuba pasaron cosas extraordinariamente increíbles, la CIA, le puso un radio trasmisor de onda corta, con su operador, en el campamento de Raúl Castro, en la Sierra de Cristal, para que pudiera comunicarse con el centro de operaciones de Fidel, en la Sierra Maestra. El 12 de junio de1961, Robert C. Hill, ex embajador americano en; México, en Costa Rica y en El Salvador, y ex subsecretario de Estado, declaró ante sub comité del Senado, al ser preguntado por el presidente del sub comité: Presidente ¿quiere usted decir que todos los informes de la CIA, y de otros órganos en 1957 y 1958, antes que Castro tomara el poder, indicaban que era pro-comunista? Hill: los representantes de la inteligencia de EE.UU, estacionados en México, me llamaron la atención sobre Castro y sus afiliaciones a principios de 1957. (Castro entrenó sus fuerzas, encontró al Che Guevara y salió de México a invadir Cuba.)

Relata el embajador Smith, que el embajador Hill, quien era su amigo, le advirtió, que la decisión de terminar con Batista, la habían tomado en los pasillos del Departamento de Estado, antes que él, Smith, tomara posesión como embajador en Cuba en Junio de 1957. Los mismos que tomaron esa decisión, bloquearon todas las alternativas de cambiar a Batista, por otro que no fuera Fidel Castro. Ignoraron la propuesta de la Iglesia católica por medio de sus obispos.

En lo que hace a Nicaragua, Wade Matthew, director en el Departamento de Estado para los asuntos centroamericanos, funcionario de carrera, según Anthony Lake, era opuesto a la política del gobierno de Carter hacia Nicaragua. El vocero del Departamento de Estado, Holding Carter III, declaró a favor de la libertad y la democracia, moderación y conciliación, pero agregó, que no intervendrían en el problema de Nicaragua. Este asunto, ya gastado de parte de los americanos, de que están a favor de la democracia, pero no van a intervenir, ha sido siempre el quid del problema, porque con la sola declaración de que no intervienen, lo que en realidad hacen, es estimular a los enemigos de la democracia a que actúen con libertad. Así pasó en Cuba, en 1959, decían que no intervenían, le hicieron embargo de armas a Batista, pero dejaban que otros abastecieran a Castro de armas y gentes, desde Miami, y desde otros lugares de la Florida. En Nicaragua en 1979, dijeron, no intervenimos, pero dejaron concentrar a Fidel Castro un gran arsenal en la frontera con Costa Rica, y no vieron el puente aéreo desde Cuba a Liberia. O como están haciendo en Honduras, que dicen que no intervienen, que están favor del dialogo, pero le quitan la ayuda al país, y las visas a los funcionarios del gobierno constitucional, estimulando de esa forma, a los enemigos de USA, y poniéndose al lado de la tesis de Chávez, Fidel Castro y Daniel Ortega.

Wade Matthews, era contrario a la política de disociación, es decir, la política de desligarse para buscar una solución, incluso obligando a Somoza a dejar el gobierno, y ser sustituido por un gobierno provisional, que diera lugar a un proceso democrático. La política de Wade Matthews, era de no dar la espalda al problema. (Del que sin dudas tambien eran responsables). No intervenir, significaba que los radicales llenaran el vacío dejado por USA. Eso fue lo que pasó, porque intervinieron, por omisión y acción, pero, para que los sandinistas respaldados por Fidel Castro se apoderaran del poder. Según declaró posteriormente Wade Matthews, hubo un momento en que se frustró, no pudo competir con los funcionarios por nombramiento político del gobierno Carter, los “liberales”, entre los que estuvieron de forma muy significativa, Mark Schneider y Patricia Derian. Otro funcionario clave, fue Robert Pastor, que al terminar el gobierno Carter, pasó a trabajar en la Fundación Carter. Robert Pastor, según Lake, tenía 29 años de edad, cuando empezó a trabajar como especialista en el Nacional Security Council, con un nombramiento político de la administración Carter, y que muchas veces su actitud era resentida por los profesionales del Departamento de Latinoamérica. Pastor tuvo oficina en el edificio ejecutivo contiguo a la Casa blanca, y decidió “bypasear” el Departamento de Estado y escribía memorandums directamente a Carter con sus opiniones sobre lo que había que hacer en el caso de Nicaragua. Esa opinión fue, de acuerdo con opinión de Carlos Andrés Pérez a Carter, que había que promover los derechos humanos, pero que los USA, no debían meterse en el caso de Nicaragua. Es decir, dejarles manos libres al corrupto Carlos Andrés, al corrupto dipsómano Torrijos, y al demoníaco Fidel Castro. En dos palabras, tirar Nicaragua a las patas de los caballos.

Wade Matthews, según Antonhy Lake, fue un funcionario de carrera, en el Departamento de Estado. Pastor, Derian y Schneider, fueron por nombramiento político. Para Matthews, la causa de los derechos humanos, era una causa legítima, pero pensaba, que la administración Carter, estaba promocionando los derechos humanos a expensas del interés nacional de los USA. En 1977, cuando Matthews trabajaba en los asuntos relacionados con la OEA, escribió un memorando contra el punto de vista de la emergente administración Carter, que creía, que América Central, seria un excelente terreno de prueba para la política de Derechos Humanos, porque los EE.UU, no tenían mayores intereses en esa región. En abril, el Secretario de Estado Adjunto, Todman, leyó ese memorando de Matthews, y estuvo de acuerdo con él, y ascendió a Matthews, de la oficina a cargo de los asuntos de la OEA, a Director de los Asuntos de Centro América.

La preocupación de Wade Matthews, reflejaba un punto comentado a menudo por críticos de la política de Carter, que la Administración Carter, estaba aplicando un doble o múltiple estándar al implementar su política de derechos humanos. (Igual como hacen ahora con Honduras). Según Antonhy Lake, porque Centroamérica es visto como menos importante que el Golfo Pérsico o Korea del sur, la administración Carter, escogió Nicaragua como objetivo para probar su cruzada de Derechos Humanos. Dice Lake, que un funcionario que compartía las ideas de Matthews, comentó en el Departamento de Estado, en 1977, que si los bananos fueran petróleo, Somoza hubiera sido tratado (por Carter), con la misma consideración que le daba a un sultán despótico. Según el punto de vista de Wade Matthews, la política de disociación con Somoza, representaba la abdicación de los EE.UU, a sus responsabilidades. Según Matthews, la disociación era en doble sentido: 1) USA, se retiraba de su tradicional envolvimiento en Centroamérica, y 2) abandonaba su parte de responsabilidad en el problema.

Schneider, “liberal”, fue Senior Deputy Assitant Secretary de Derechos Humanos, en el Departamento de Estado, bajo la dirección de la “liberal” Patricia Derian. Según Anthony Lakes, Schneider, fue un individuo educado en la ética judía tradicional, sentimiento reforzado por su experiencia como voluntario del Cuerpo de Paz, en El Salvador. En 1970, trabajó en la oficina del Senador “liberal” Edwar Kennedy, como experto en Derechos Humanos y en Latinoamérica. Como funcionario del Departamento de Estado, según Lake, se ganó las particulares criticas de los opositores a la política de Carter, como “izquierdista radical.” Su jefa la “liberal”, Patricia Derian, en la oficina de derechos humanos del Departamento de Estado, fue una activista política y por los derechos civiles en el sur de los EE.UU. Robert Pastor, antes de llegar al NSC, estudió en Lafayette Collage, viajó a Guatemala para investigar sobre su tesis, consiguió trabajo en un barco bananero, que viajaba entre Bluefields y Tampa, cargando y descargando bananos, despues de graduarse trabajó en el cuerpo de Paz en Malasia, y como voluntario en la campaña presidencial de Carter.

Según Anthony Lake, para muchos oficiales de carrera en el Departamento de Estado, encargados de las relaciones con otros países, los nombrados políticamente por Carter, eran demasiado rígidos ideológicamente, e ingenuos idealistas, en su énfasis en los derechos Humanos y en su política de no intervención, (que en realidad resultó una intervención indirecta). Lake, agrega un detalle significativo: «Human rights, were being used to penalize governments that the political appointees did not like.»

Lo único que pudo comprobar, Carter y su administración, con su doble estándar con los Derechos Humanos, fue, que no es fácil instalar una democracia, pero que es más fácil, sustituir una dictadura por una tiranía totalitaria. Al fin de cuentas, por hacer las cosas como las hicieron, los manipuladores “liberales” del Departamento de Estado, lanzaron a millones de personas, en Cuba y Nicaragua, en manos de criminales y terribles tiranías comunistas, que, además, que no respetaron los derechos humanos, ni instauraron una democracia, los hundieron, en la mayor miseria y pobreza, cualitativa y cuantitativamente, peor que las dictaduras anteriores, porque en tiempos de Batista, los cubanos vivieron uno de los mas altos niveles de vida entre todos los países de América, y durante la dictadura de Somoza, hubo en Nicaragua un nivel de vida general, que no ha sido superado al día de hoy, pues con el sandino comunismo, los economistas han coincidido, que Nicaragua retrocedió cincuenta años, y no se ha podido recuperar.

En estudio del PNUD-ONU, 2004, quedó demostrado que los pueblos latinoamericanos no comprenden la democracia de la que hablan los políticos. Una democracia se mide, no solo por el acto de que un presidente es electo por medio del voto, (no es acto electorero), sino por el carácter de sus instituciones, por las relaciones y los procesos que permiten moldear todos los procesos de la vida de un país. Separación de los poderes del Estado, check and balance, etc. Esto es lo que dice la Constitución de USA, que a partir de su independencia fue copiada, o mal copiada, y mal practicada, por todos los países latinoamericanos, al punto, que en los albores de la Constitución Argentina, los constitucionalistas argentinos usaban la jurisprudencia constitucional USA para sus dictámenes. Esa es la aspiración que tuvimos los latinoamericanos. Una constitucionalidad como la de USA.

Cuando derrocaron a Batista y a Somoza, la cosa pasó sin mayores consecuencias, despues de todo eran dictadores que se mantenían en el poder arbitrariamente, pero ahora con Honduras, la cosa es diferente. Ha dado mucho que pensar que el Departamento de Estado americano, ahora con el caso de Honduras, estimule con sus declaraciones la causa de malvados comprobados, que han destruido en varios países, y quieren seguir destruyendo, la democracia, la constitucionalidad y la institucionalidad y además son enemigos acérrimos de EEUU. Se han puesto del lado de quienes por sus actos no merecen ni el beneficio de la duda. ¿Viendo el ejemplo de lo que pasa en Venezuela, en Bolivia, en Nicaragua, en Ecuador, donde la constitucionalidad y la institucionalidad Estatal ha sido sometida a un proceso de destrucción por un proyecto de Fidel Castro ejecutado por Chávez, porqué el gobierno americano, en el caso de Honduras, por acción y omisión, estimula a los enemigos de la democracia?

Mientras las izquierdas mundiales conspiran “full time”, y entre ellos, son solidarios, las no izquierdas se divierten gozando sus capitales y no son solidarias. Quienes se consideren demócratas, no esperen ayuda de nadie, y confíen solo en que, una idea y una causa, vale tanto, cuanto se esté dispuesto a sacrificarse para defenderla, “ante cualquiera”. Lo ocurrido en Honduras ha demostrado que lo que se necesita en Latinoamérica es líderes de la democracia no de partidos políticos. En Honduras lo que hubo, fue una defensa patriótica y pluralista de la Constitución. Eso indica, una vez mas en la historia, que la democracia y la libertad, pasan por la ciudadanía no por partidos políticos.

El embajador Smith en su libro, se hace tres preguntas, en relación al caso de Cuba, pero validas, en el caso de las relaciones de EEUU, con Nicaragua, Venezuela, Honduras y con todos: ¿Cuál es, realmente nuestra política? ¿Quién la hace? ¿Cómo se establece?

Si la política de EEUU, es considerarse líderes de la democracia, y lo que desean es establecer la democracia, deben estar dispuestos a asumir su responsabilidad de líderes de la democracia, de forma clara y transparente, y a intervenir con convicción y sin titubeo, para prevenir lo peor. Deben darle todo el apoyo al demócrata, de lo contrario, se deja un vacío que llenan los comunistas, los radicales, los subversivos. Los Castro, los Chávez, los Evos, los Correa, los Ortega, los Kirchner, los Zelaya, bajo ningún punto deben ser estimulados.

To be, or not to be: that is the question:
Whether 'tis nobler in the mind to suffer
The slings and arrows of outrageous fortune,
Or to take arms against a sea of troubles,
And by opposing end them…